Hay tumores que afectan las estructuras de la órbita. Al crecer estos tumores, el ojo protruye (se sale) y limita los movimiento del ojo. El manejo de estos tumores usualmente requiere una evaluación, estudio, diagnóstico y exploración quirúrgica. Afortunadamente, la mayoría de los tumores de órbita no son malignos y se pueden tratar quirúrgicamente.