Cavidad anoftálmica y prótesis ocular

La cavidad anoftálmica es el espacio que queda luego de una cirugía mutilante del globo ocular, como la evisceración y la enucleación. El mantenimiento de una cavidad anoftálmica sana es importante para la rehabilitación estética. El cuidado de la cavidad depende del paciente y de valoraciones recurrentes con el especialista, al igual que el cuidado y mantenimiento de la prótesis estética. En pacientes pediátricos es aún más importante para desarrollar un adecuado crecimiento de los huesos de la cara y prevenir asimetrías faciales.

La prótesis externa cosmética es una cascarilla de acrílico, confeccionada a medida por un protesista especializado, quien busca la máxima simetría (en diseño y color) con respecto al otro ojo. Esta prótesis tiene usualmente una movilidad muy aceptable, aunque nunca exactamente igual a la del ojo sano. El paciente con una prótesis ocular debe retirarse la prótesis y lavarla aproximadamente una vez al mes, usar gotas todos los días sobre la prótesis, asistir a los controles oftalmológicos para valorar la salud del otro ojo, la cavidad y la prótesis y hacerle una limpieza profunda anual y de ser necesario un cambio de prótesis si muestra signos de deterioro, que puede ser cada varios años.

La cavidad anoftálmica puede sufrir inflamación, infecciones, cicatrización, adherencias, contracción, que son molestos para el paciente y puede alterar la apariencia cosmética. Algunas veces es necesario dar tratamiento médico, procedimientos no quirúrgicos o realizar cirugías para corregir estos problemas.

Ir al contenido