Obstrucción de la vía lagrimal

La vía lagrimal excretora se encarga de drenar las lágrimas desde los párpados hasta el interior de la nariz, a través de una serie de conductos en el interior de los párpados, el ángulo interno de los párpados, hueso y cavidad nasal.

La obstrucción de la vía lagrimal puede presentarse desde el nacimiento, se puede adquirir en la edad adulta o puede ser secundario a otras enfermedades. Se presenta con lagrimeo, secreción mucosa o lagañas constantes e infecciones recurrentes en los párpados. La obstrucción no es la única causa de lagrimeo y la vía lagrimal puede estar obstruida en cualquier parte de su recorrido, por esta razón es necesario una valoración oftalmológica y de la vía lagrimal completa para determinar el tratamiento médico o quirúrgico más adecuado y resolver los síntomas.

A continuación, se enlistan algunos de los procedimientos que se realizan según la localización de la obstrucción y una breve descripción.

Se realizan cortes para agrandar el tamaño de los puntos lagrimales o para abrirlos y se insertan dispositivos para mantenerlos abiertos. Los tapones lagrimales perforados son dispositivos que dilatan el punto lagrimal y tienen un canal por donde se drena la lágrima.

Se repara la obstrucción a nivel de los canalículos, algunas veces se encuentran dacriolitos o piedritas en el interior del canalículo que requieren ser extraídas y se deja un dispositivo de intubación.

Algunas veces la obstrucción puede ser por estrechez o el cierre de válvulas internas en la vía lagrimal. En este procedimiento se dilatan los puntos lagrimales, se pasa una sonda (alambre de metal) por la vía lagrimal en todo su recorrido para destapar los sitios de obstrucción y se irriga una solución para lavar la vía y comprobar la permeabilidad.

Se pasa un tubito de silicona por todo el recorrido la vía lagrimal, desde los puntos lagrimales en el párpado hasta el interior de la nariz. Luego de unas semanas o meses se retiran los tubitos y se mantiene la vía permeable.

Se crea una nueva ruta para el drenaje de la lagrima en casos de obstrucción baja de la vía lagrimal (conducto nasolagrimal). La nueva ruta se crea atravesando el hueso entre el saco lagrimal y la cavidad nasal, cerca del ángulo interno de los párpados. En la cirugía externa se crea una pequeña herida en la piel para acceder a este hueso y en la endoscópica se realiza la cirugía desde el interior de la nariz con ayuda de una cámara. Se puede o no dejar un tubo de silicona por unas semanas o meses y luego se retira.

Se realiza cunado hay obstrucción severa o daño de la vía lagrimal alta o de toda la vía lagrimal. Se crea una comunicación nueva desde la conjuntiva donde se forma el lago lagrimal, en el ángulo interno de los ojos, hasta la cavidad nasal, dejando un tubo rígido permanente por donde pasa la lágrima.

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